2009-06-03

Entre la perseverancia y la cruel resignacion

Ver la página en blanco me hace mas dificil escribir todo esto que no deja de girar a mi alrededor. En mi cabeza. En mi alma. En mis ojos. Puedo empezar diciendo, que es increíble como se puede perder la dignidad. Lo rápida y engañosa que tu mente puede ser para conseguir eso que quiere, pero que sabes que mejor sería olvidar y encerrar. Pero no podemos encerrar lo que sentimos, es obvio, en algun momento se va a deslizar por la mínima ranura de nuestro gran sarcófago en el cual metemos todo aquello que queremos, pero no nos hace bien. Y ahí empieza el conflicto. La pelea. ¿Vale la pena consentir ese deseo? Cuando bien sabemos que cuando termine, lo único que hace es dejar rastros de dolor. Me convencí un buen rato que, si en verdad es lo que en ese momento quería, tenía que ir por ello, y que si después sufría, guardaría ese dolor en mi sarcófago y todo volvería a estar bien. Perfecto. Pero hoy me encuentro embalsamada en dolor, y sé que la única cura es abrir el sarcófago y enfrentarme a mi misma. Y qué difícil es encontrarse con tanto dolor. Sigo buscando y encuentro un lago envenenado de lagrimas, malgastadas tengo que aclarar. Todas esas lagrimas que escondí queriendo olvidar realmente quien soy, y tratando de reinventarme a mi misma con una personificacion de alguien que nunca podría interpretar de nuevo. Buscando aquello que me es tan importante, en el lugar menos indicado. En el momento menos indicado. Y de la forma menos indicada. Y me sigo hundiendo. Y me encuentro encerrada, nuevamente luego de tantos años, en el mismo sarcófago. ¿Cómo hago para salir?¿Cómo encuentro la voluntad para recuperar mi dignidad? Me gustaría encontrar al menos un escondite, en el cual me pueda pelear conmigo misma, pegarme un rato, llorarme un rato. Olvidarme del mundo y que el mundo se olvide de mí. Y casi me olvido de acotar, ¿Vale la pena perseverar, aceptar y consumirse en el dolor ó acaso la resignación, a lo largo del tiempo, es el mejor antídoto? Puedo contestar solamente, que muchas veces, el antídoto es peor que la misma enfermedad. Le voy a dar una chance a la resignación.

1 comentario:

  1. Mi vida ...
    la experiencia de frustración con los demás y con uno mismo, es impulsora de crecimiento. De nuestro propio crecimiento.
    Gracias o por culpa de las variadas lecciones que la vida nos enseñó, aprendimos a frustrarnos. Por eso, tenemos que darnos cuenta de que la vida es, por mucho una especialista en frustrarnos. ¡Cuántos deseos, expectativas, logros se cayeron ante nosotras?!. Si no estamos en contacto con ésta verdad vamos a vivir el resto de nuestra existencia insistiendo e insistiendo en que las cosas sean diferentes de lo que son. Por eso, la clave para resolver ésta y otras tantas cuestiones, está dada por la palabra aceptación, que nada tiene que ver con la resignación. Hablo de la aceptación hacia uno mismo ... de que somos lo que somos por más que mil veces hayamos deseado no haber nacido, o escondernos dentro de esos sarcófagos (cambiemos de término porque no me gusta, le pongamos "cajitas").
    La resignación tiene que ver con un acto de sumisión, de mansedumbre, de ceder para no causar trastornos, para evitar discusiones o peleas. Cuando nos resignamos, no estamos aceptando (por más duro que sea) que eso que deseamos se frustro, y además viene acompañada de sus fieles amigas "la bronca y el enojo"; y ahí quedamos pegadas al objeto perdido o jamás encontrado, y no podemos ni siquiera entrar en la etapa de duelo de aquello que perdimos y buscamos en nuestras cajitas para finalmente despedirnos.
    Quiero ayudarte a que apliquemos el mejor remedio ... el mejor antídoto (que no creo que sea, en este caso ..peor que la enfermedad) probemos con la aceptación en vez de la resignación ...total, que podemos perder?
    La aceptación va a activar y a poner en marcha un super mecanismo de reconocimiento, tanto propio como el de que la realidad ES la realidad. Esto nos permite y favorece ese proceso de duelo, en el cual... nos despedimos para siempre de lo que está y no nos gusta, o de lo que pudo ser.

    Te amo amiga ... todo va a salir bien.
    Lulu

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